La belleza de lo inevitable

Hay crisis. Hambre. Pobreza. Guerra. La vida en general es una mierda, una absoluta pérdida de tiempo, ¿de qué sirve vivir estando en un lugar como éste, tan desamparado y oscuro que ya ni la más fuerte de las ilusiones pervive?

Alto. Para. Basta ya de tonterías. La vida es cruel, pero sigue siendo bella. Dejemos por un momento de pensar en todo lo malo que existe en este mundo (lo cual es muchísimo más fácil) y sentémonos a reflexionar sobre lo bonita que es la vida, una para cada uno y ninguna más. Piensa por un momento lo bonita que es tu casa, el lugar donde vives. Es maravilloso, ¿verdad?, y si no lo es, haz todo lo posible por cambiarlo, pero no te recrees en la idea de que todo perdura por mucho que lo intentemos cambiar. Las cosas cambian, y mejoran. Saborea la comida que vayas a hacer hoy y date las gracias a ti mismo por ser tan buen/a cocinero/a; y si has quemado la cocina (cosa no muy complicada) pues no pasa nada, se limpia, se pinta y ya está, no hay que hacer mundos de granitos de arena (o piedras de un tamaño pequeño).

Por suerte o por desgracia, sólo tenemos una vida para disfrutar, lo que venga después ya es cosa de cada uno y sus creencias, así que ¿por qué no dejamos de martirizarnos y compadecernos de nosotros mismos (que sí, todo el mundo tiene derecho a su momento de autocompadecimiento pero hay gente que lo explota hasta límites insospechados) y probamos a hacer de este mundo un lugar un poco más agradable para todos, más bonito, más confortable? No creo que fuera del todo difícil, pero claro, al final el dinero y el egoísmo siempre acaban ganando... al menos hasta que dejen de hacerlo.

Comentarios