Donde duerme Totoro

"¿Qué ha pasado?", me pregunto una y otra vez. ¿Qué he hecho para que me diga todo eso? ¿No puedo querer a nadie, tengo un corazón de hielo, tan horrible persona soy? Y yo que por un momento creí que estaba haciendo lo correcto... ja, qué poca vista puedo llegar a tener. Ahora no me quiere nadie (y nadie, es nadie), me siento muy sola, rechazada, despreciada incluso. Odio la soledad, sentirme así respecto a él. "Tu indecisión te ha costado cara"... cuánta razón tiene, no lo sabe nadie. Venga escuchar canciones raras, venga escribir gilipolleces, venga tomarse yogures del mercadona, pero curiosamente no hago los deberes. Cuánto me dolió lo que dijo, lo callaré por siempre.

Lo que menos me gusta de echar de menos a alguien es que funciona a rachas. A días. Por momentos. En lugares concretos. Cuando menos te lo esperas. Llega sin avisar. Se queda un tiempo indefinido. No puedes dejar de hacerlo. Aunque lo intentes. Escuece. Duele. Quema. Pica. Desgarra. Rompe. Congela. Hiela. Arde. Arranca. Hiere. Resquebraja. Te hunde. Te asfixia. ¿He dicho qué duele? Duele. Mucho. Te despiertas y no sabes qué va a pasar. Porque a veces, como dice Joaquín Sabina, hasta las suelas de mis zapatos te echan de menos. ¿Pero sabes qué? Se pasa, siempre se pasa, te lo prometo. Ojalá pudiera creerlo.

¿Qué he hecho esta vez?

Somos bichos raros, lentos y asustados. Nos matábamos tal vez, nos moríamos de sed. Nadie o los dos a la vez. Midiéndonos como dos leones y al final... Dos heridos graves, desperfectos claves, ambulancias, naves... (na, na, na, naaa, na, na)

No me parece un problema que los tíos me quieran... el problema está en que yo también los quiero a ellos. Claro que me gusta que los tíos me quieran, es lo mejor del mundo... pero pides cosas imposibles no porque seas fea (que no lo eres) sino porque no hay ni un sólo tío que tenga gusto. Si lo tuvieran dejarían de fijarse tanto en las tetas y los culos y se preocuparían más por otras cosas mucho más importantes. Pero qué le vamos a hacer, los necesitamos aun siendo así de idiotas.

Tengo... cinco Migueles. Laura, Laura, Miguel, Antonio y Paco. Paco y Laura no lo saben, y creo que Antonio tampoco, pero me da igual, siguen siendo Migueles aunque no se den cuenta. Sin embargo, tengo la extraña sensación de que yo no lo soy para nadie. Vale, puede que para Laura sí, pero con los demás nada. La otra Laura se pone a hablar con Antonio y después no quiere contármelo (aunque termina contándomelo todo, es lo fuerte), Miguel nunca me cuenta nada, Antonio... lo de Antonio es raro, porque me cuenta cosas pero odio que se ponga en plan secretitos con Miguel, y después no dicen nada. Y Paco idem que Miguel. Confío demasiado en los demás, y no es recíproco, es algo frustrante, pero da igual, seguimos siendo amigos, mejores amigos (uhh ¬¬), así que en realidad da igual.

Ella es diferente. Rara. No la entiendo. Un día feliz y otro triste. No quiere que nadie sepa lo que le pasa, o eso es lo que aparenta. Digo que la otra Laura es mi mejor amiga, pero ella también lo es, no podría elegir entre las dos, ni falta que hace. Sabe quién le gusta a quien con sólo verlos, cosa que ha generado numerosos conflictos entre nosotras, pues se lo negaba siempre. Siempre dice lo que piensa respecto a ese tema y da consejos a veces buenos y a veces malos, pero da igual, porque con ella puedes tener la certeza de que siempre va a estar ahí cuando lo necesites.

Me dicen que estudie. No puedo. Lo intento, cojo el libro, lo miro y leo las palabras que hay escritas en él, pero por mucho que lo intento no consigo darle forma a las frases, entender las cosas, memorizar el mapa de Europa. El poco cerebro que tengo está fijo en otra parte, ido de vacaciones con extremoduro y su vereda de la puerta de atrás. Necesito pensar, no estudiar, me da igual suspender, sólo quiero olvidarlo todo, olvidar, olvidar, olvidar... no puedo. Es imposible, me importa demasiado. Laura necesita un novio y a mí me gustaría ser como ella, todos la quieren pero nadie se lo dice y se preocupa de no tener novio. Yo me preocupo de tener demasiados. No tengo novio, pero querría tenerlo. Lo malo es que no puedo elegir. Sinceramente, por muchas vueltas que le he dado, no puedo elegir, con lo cual termino jodiendo hasta al que pone los discos. Ojalá fuera una ameba. Seguro que ellas no tienen problemas sentimentales, es más, no creo que tengan problemas de ningún tipo.

Cierra... cierra... ¿por qué demonios no te cierras? Por favor, déjame ya en paz, no tengo carne como para rellenar el hueco que ocupas, por mucho que me abrace a mi misma, por mucho que llore, no puedo estar más tiempo así, con escalofríos y dolor general. Vamos, no va a volver, no merece la pena, ciérrate  y deja que siga con mi vida, como si todo lo que pasó nunca hubiera ocurrido.

Quiero ir a Italia. Desde hace muchos años, lo necesito más que nada. Quiero perderme en el coliseo, sentarme en el circo y hacer millones de fotos. Y comer mucha pizza. Por una vez querría ver museos, pasear en vespa por las calles de Roma y sentirme como Audrey Hepburn. No me darían miedo los aviones, me alojaría en el peor de los hoteles si así pudiera ver de noche la fontana di Trevi. Roma, Nápoles, Sicilia, Milán, Venecia... Simplemente, Italia.

Mi Miguel. Mío y sólo mío. Ese chaval al que le he contado y le contaré absolutamente todo antes que a nadie, al que tuve que besar por culpa suya y que últimamente está más raro que una vaca verde con los cuernos amarillos. Yo no tengo hermanos, tengo a Miguel, una persona a la que tienes que querer porque sí, porque te sale de la patata, sino lo estamparía contra la pared. Pero es genial. Dice que Antonio lo ha sustituido. Es distinto. Él ha sustituido a Jesús, no a Miguel. Miguel es insustituible. Tiene que serlo, un sustituto no puede ser el padrino de mi futuro/a hijo/a al que le pondré su nombre si es chico. Es importante en todo y más.

De cosas que tengo que decir y no digo, de cosas que tengo que hacer y no hago, de gente con la que tengo que hablar y no hablo. Querría decirle que sí y dejarme de tanta tontería, pero antes tengo que hablar con Jesús para que la supernova o el agujero negro o lo que sea que tengo dentro se quite. No puedo dejar de pensar en ellos. Es una completa sucesión de hechos con alguno de los dos como protagonistas, atormentándome día y (sobre todo) noche. Necesito hablar con él y dejar las cosas claras, aunque ni yo misma las tenga claras.

¿Por qué me duele tanto? Laura tenía razón después de todo. ¿No era eso lo que quería, que alguno de los dos renunciara? Pero, ¿por qué él? Quería decirle que sí, quería decirle que no, no lo sabía, pero quería besarle otra vez. Ahora no conseguiré a ninguno de los dos, sólo putas amistades, ¿quién quiere amistad pudiéndose liar con alguno de ellos? Quiero complacer a los dos y termino jodiéndole la vida a todo el mundo, deberían encerrarme y no dejarme salir nunca jamás.

Esa niña que dice lo que piensa en todo momento, se cree fea y desea ser la Miguel de alguien. No hay otra con ella. Se acompleja por todo. Orejas, nariz, culo, ella en general. No es fea. Tiene los ojos más bonitos que he visto en mi vida, y lo de las orejas se opera (que no hace ninguna falta pero si la chavala se deprime tanto por eso). Critica a los demás sin importarle lo que puedan sentir y a veces me dan ganas de estamparle la cabeza contra la pared de algún comentario que hace. Pero no lo hago. Es mi mejor amiga, y somos contrarias, no tenemos nada en común. Dará igual, mientras nos llevemos bien.

La otra persona especial en mi vida, aunque ya no lo es tanto. Estaba total y absolutamente enamorada de él, rozaba lo absurdo, no se podía querer tanto a alguien, por él podía dar mi vida y la de unos cuantos más pero ahora... ya no nos vemos. Una simple bronca estúpida y sin sentido se lo cargó todo, pero creía que sería como las demás, a los dos días volveríamos a salir. No fue así. Tenía muchos, muchísimos planes, creía que estaríamos juntos durante toda nuestra puta vida, siempre se pensará eso, y por mucho que diga que no es cierto, la gente seguirá pensándolo, porque se enamora y no pueden hacer nada por evitarlo. Hace más de una semana que no le veo y he de admitir que le echo de menos, que aún quiero verlo, que aún quiero besarle. También me da miedo la cruda realidad, saber que no serviría de nada. Podríamos pasar una tarde agradable, abrazados, besándonos, solos, pero tendría que contarle muchas cosas que lo joderían todo, incluida nuestra ¿relación? Ya no sé a quién qu

Hablo mucho de él, pero nunca lo he criticado, y criticar se me da bastante bien. Es genial, sencillamente genial. Ese chaval cuenta los peores chistes con más gracia del mundo, y se empeña en ser un perfecto caballero... y lo mejor de todo, me quiere. Soy muy lenta en ese aspecto, y por mucho que los demás lo dijeran yo no me daba cuenta, todo era parte de un juego, no había nada real... hasta que me lo dijo. Empecé a plantearme muchas cosas por su culpa, y por su culpa sigo sin saber nada. Un beso. Los besos no arreglan las cosas, eso me ha quedado muy claro, sólo las empeoran. ¿Qué más decir? Yo también le quiero. Joder, le besé, eso no se hace con alguien a quien no quieres pero... sigue faltando algo. Ese agujero negro del pecho no es un agujero negro, sino una supernova, algo que lo abarca todo y más. No puedo con esto.

Me moría. Te juro que me moría. Nunca jamás en la vida me había reído tanto como esta tarde, y todo gracias a un simple mensaje, un sombrero y un cuarto. Por cierto, lo siento por lo de ayer...

Dije una vez que cada uno es feliz en su mundo. Laura dice que ella sería feliz en su mundo con Jose. Es cierto, todos necesitamos alguien más. Pero, personalmente, ¿con quién sería feliz en mi mundo?¿Con Jesús o con Antonio?

Va, sí, lo hice, ¿qué hay de malo? En realidad nada. De verdad creía que me meterías una ostia, o al menos que no me dejarías. Puf. Fue fugaz. No duró nada, pero he de admitir que lo mío me gustó... ¿eso es malo?¿Qué significa? Me volvió a temblar todo el cuerpo, como siempre, es un coñazo, pero lo tengo asumido, aunque tanto tiempo no puede ser normal... ummm, qué cacho de pedazo de paja mental que tengo, joder.

Puta. Y es así como me siento. Putona. ¿Por qué sino tendría una foto semi desnuda como título? No lo sé, el no tener nadie con quien hablar, con quien compartir mis oscuros pensamientos está haciendo que me vuelva una pervertida. Pervertida... y solitaria. Ese afán que tengo por escribir relatos eróticos, esa manía de preguntarle a la gente cosas subidas de tono, ¿de verdad hay algo de normal en eso? Quizá sí, quizá no.

No sé qué hacer. Lo siento, esto me supera, es demasiado. No puedo elegir entre dos personas, no puedo, ¿es que no os enteráis? Necesito espacio, tiempo, mucho tiempo... pero carezco de él. Me pedís que elija convencido cada uno de que el otro va a ser el ganador, pero no pensáis en el aprieto en el que me ponéis a mí. Si elijo a uno, el otro se tiene que joder, y de rebote yo también, pues por mucho que me digáis que no piense en los demás, no puedo ser feliz sabiendo que le he hecho daño a alguien que quiero. Se supone que me queréis, ¿no?, que os importo... no se nota. Si sintierais la más mínima atracción por mí, en vez de tanto agobio por que decida algo, os pondríais en mi lugar y os daríais cuenta de que casi cada vez que hablo con alguno de vosotros, me entran ganas de llorar. Me decís que elija al otro, pero queréis que os elija a vosotros, no sois sinceros, al menos no del todo, y no sé que pensar, no sé lo que siento por vosotros, no sé nada. Sólo que quiero morir con tal

Quiero olvidarte. Olvidar tu puta guitarra. Olvidar tus putos mensajes. Olvidar las putas quedadas. Olvidar mis putos planes de futuro. Olvidar todos los putos sueños. Olvidar el puto libro. Olvidar tu puta indiferencia. Olvidar tus putos besos. Por si no te has dado cuenta, quiero olvidarte... a lo mejor algún día lo consigo.

Dentro de 58 minutos tengo que estar en el metro de república Argentina. ¿Qué haremos? No quiero que se vuelvan a flipar con la play 3 como hicieron la otra vez. Es un coñazo verlos jugar, te sientes marginado. Pero aun así quiero quedar. Verlos de nuevo. Laura dirá lo que quiera, pero yo me lo paso mejor con los chicos que con las chicas. Que me llamen marimacho, que me llamen lo que quieran, pero me lo paso mejor con ellos. No me gusta el fútbol, ni el rap, pero sí los videojuegos de matarse unos a otros y los pantalones anchos, y odio los paseos por el patio hablando de gilipolleces y esa puta rutina de chicas con chicas y chicos con chicos. Bueno, que me desvío del tema. El caso es que no sé qué decir. Iremos a casa de Paco, jugaremos a algún juego, charlaremos, reiremos, nos iremos a cenar y cada uno a su casa. Tampoco está mal... Y lo mejor, no será incómodo.

Es una chica peculiar y muy rayante. Te dice las cosas que no le gustan de ti aunque no se lo hayas preguntado y cuando le pillan una mentira la niega siempre y se ríe para confundirte. Y tiene una afición muy desagradable de confiar más en los tíos que en las tías, por muchas putadas que le hagan. Es guapa, con el pelo lleno de tirabuzones los enamora a todos aunque ella se encuentra siempre una lista de defectos interminables que te dan ganas de pegarle una leche cuando los oyes. Pero es mi mejor amiga así que habrá que aguantarla.

-¿Qué te pasa? Estás rara... -... ... ... ¡Ah! ¿Es a mí? No, no me pasa nada. -Seguro... -Que sí, de verdad... bueno, no, o sea, no sé, ayer me enfadé con él y cortamos y todo... ¡Pero estoy bien! -Qué raro... -Sí, bueno, pero es que ahora no sé si estamos saliendo o no, y además, esta vez parecía más en serio. -Illa, siempre dices eso y después os volvéis a hablar y volvéis a salir. -Creo que te has perdido lo de "más en serio"... -No, siempre siempre siempre dices eso y después da igual. -Va, lo que tu digas... -Hasta que un día uno se harte y se líe con alguno delante del otro, y si eres tú quien lo ve pues le dejas y si eres tú quien se lía con otro, Jesús te perdonará porque... tiene unos huevos que le pesan mucho. -Es rara la manera que tienes de relacionar las cosas... He aquí Laura. La quiero mucho, es mi mejor amiga (una de ellas), pero he de admitir que a veces me pone de los nervios. No soy mucho de escuchar consejos y menos opiniones, y da la impresió

¿Qué hora es? ¿Menos cuarto? Dios mío, con el sueño que tengo y escribiendo. Así es normal que me salgan unas entradas tan raras. No debería. Sé que no debería estar conectada a esta hora, pero es que no tenía más ganas de leer el libro ese de sociales ni tampoco de montarme paranoias intentando dormir porque, sí, lo admito, la principal causa de mi insomnio soy yo misma, que me acuesto a las diez y media y a la una todavía estoy despierta por pensamientos y situaciones estúpidas que se me pasan por la cabeza... y además quería ver si Ángela había subido las fotos (que no). ¿Y si me muero? Que chungo... ¿Y si se muere... yo que sé... Maikel? Me suicido. O como mínimo tres meses de psicólogo y aislamiento social... joder, que chungo más chungo cogería. ¿Antonio? Nooo, ¿quién me iba a hacer cosquillas entonces?¿Quién haría tantos chistes malos en una sola frase?¿Quién se enfadaría tanto conmigo? Que te quede claro, como te mueras te revivo y te mato yo. ¿Laura B.? Dios, sería mi r

Sé que debería haber hecho otra cosa que no fuera darte la razón, pero también os conozco y sé que terminarías algo marginado por mucho que intentara evitarlo. Después de todo, sigues siendo un chico y no creo que quisieras estar con nosotras tú sólo. Creo. Todas las referencias las cojo de Miguel, quién sabe, a lo mejor cada uno es distinto... Pero, ofú, puede que te haya sentado mal, cada vez que hablo contigo y te marchas tan rápido tengo la sensación de que la he vuelto a cagar, y me muero sólo de pensar que podrías tirarte otra semana sin hablarme, así que, si es por alguna de las paranoias que me acabo de montar el motivo de tu ida (joder, vaya frase rara), por favor (y te lo pido desde la patata), no te enfaaadeees.

Podría hacer cualquier cosa si me lo propusiera pero... la música y el futón me pueden. Todos dicen que me calme, que deje de correr y de tirar de los demás, ¿qué más dará? Soy feliz en mi mundo, todo el mundo es feliz en su propio mundo, lo que pasa es que a veces no te das cuenta de que posees uno.

No me gustan los números impares, y éste no es una excepción, pero creo que, ya que no conseguí parar el tiempo la noche anterior, va a ser un buen año. ¿Por qué? No lo sé, en el 2010 pasó lo contrario y al final estuvo muy bien, a lo mejor ahora paso un año terrible, pero por una vez que soy optimista que le den a lo que venga después. Ahora que lo pienso, me he propuesto un montón de cosas para este año... jaja, algunas imposibles (incluir el rosa a mi vestuario)... o casi (encontrar un profesor de guitarra), pero quiero hacerlo, todo (excepto lo del rosa), un año son muchos días, 365 para ser exactos, y por encima de todo quiero dejar de ser la floja que estoy hecha, cambiar radicalmente ese aspecto y muchos más de los que conforman mi vida, después de todo, es cuestión de mentalizarse... espero.