Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2013

All the cigarettes that I have never smoked

Iba caminando como todas las mañanas hacia el instituto, escuchando música en ese MP3 que tenía desde hacía muchos años. De repente saltó esa canción, cigarettes, esa canción me hacía sentirme feliz, cada vez que acababa volvía a ponerla, quería llegar frente a ti y que me vieras siendo abducida por la melodía, que me preguntaras que estaba escuchando y ser feliz porque te habías fijado en mí. Llegué escuchándola, pasé por tu lado y ni siquiera me miraste, como cada mañana, esa no iba a ser diferente. Cada día tenía alguna excusa para que me hicieras caso, cada mañana a las ocho y veinte lo único que deseaba es que me miraras, que supiera que tenías algún tipo de interés por mí. Pero eso nunca pasó, ni siquiera cuando admitiste que me querías, ni cuando salimos, ni mucho menos cuando me dejaste. Ahí ya hacía tiempo que había perdido toda esperanza.

Rosas

Parece que te echo más de menos de lo que imaginaba, ahora todos los recuerdos se me antojan antiguos, como si no hubiera sido yo quien los vivió. Ya no recuerdo tu olor, pero recuerdo que era lo que más me gustaba de ti, aparte del lunar debajo del ojo derecho. Por no recordar, ya casi ni recuerdo tu voz, tu sonrisa o tu forma de andar, pero recuerdo esas camisetas heavys que te marcaban los músculos que te ponías con el bañador blanco con dibujos a modo de pantalón, y lo suaves que tenías las manos. Recuerdo tus abrazos y tu peculiar forma de quererme, los planes de siesta y el calor que siempre te agobiaba. Tu supuesto hipertiroidismo y tu manía por fumar que tanto daño causó. Puede que recuerde más cosas de las que quiero recordar, pero también hay muchas que querría recordar y soy incapaz, por eso de compensar y ser algo objetiva. Está claro que el suelo aún tiene alguna idea sobre ti.

Mi reino por una tregua

Ha sido una noche complicada aquí, en Albanta. Lo que parecía ser una simple disputa entre dos reinos acabó siendo una descarga de ira incontrolada, llantos y dolor. La princesa, atemorizada en sus aposentos, intentaba ahogar el ruido del ejército del reino que intentaba penetrar en el suyo. ¿Qué otra cosa podía hacer? El ejército continuaba con su estrategia cada vez más alarmante, la princesa se preguntaba cuántos heridos podría causar aquella estúpida guerra, si no sería más civilizado llegar a un acuerdo. El estrepitoso ruido acabó hace poco, la princesa ya no teme, ya no siente nada, ya no sabe qué sentir, pues tampoco sabe que pasará ahora. Ha sido una noche complicada aquí, en Albanta, y mientras todos consiguen dormir, la princesa se desvela a causa de las pesadillas que la atormentan esta y otras mil noches.

Butterfly

Como todo el mundo sabe (o debería saber), significa mantequilla voladora.

Roma y un mantel de cuadros rojos

Deja algún recuerdo en Roma para que pueda verlo cuando vaya, y así recordarte y saber que has pensado en mí en una de las ciudades más bonitas del mundo. Es una estupidez, lo sé, pero no tienes ni idea de lo feliz que me haría.

Malditas canciones

Todo se reduce a eso, melodías y letras, algunas veces con significado; otras, no tanto. ¿Por qué hacen tanto daño entonces?¿Por qué duelen cada vez que las escuchamos?¿Por qué dan ganas de llorar el recordarlas?¿Por qué somos tan estúpidos que nos torturamos atribuyendo a momentos concretos una canción, quizás la que escuchabas de fondo, quizás la que te hizo enamorarte de esa persona, quizás la que hizo que cambiara algo en la relación? Sólo sirve para recordarlo luego y llorar, llorar hasta deshidratarnos, hasta tal punto que no te queda ni alma que llorar. Una vez me prometí que olvidaría cuando una canción no me recordara a una persona, pero si fuera cierto, nunca podría olvidar. Ya es algo que va a estar ahí para siempre, cada vez que escuche esa maldita canción te recordaré en la boca de incendios junto a mí, recordaré ese mensaje que te mandé al día siguiente del concierto y recordaré lo mucho que significaste para mí. Aprendida la lección, la segunda vez decidí no escuchar

PS

Y es que leo esa entrada y no puedo evitar llorar por lo que nunca fue, porque nunca quise que te fueras, y siempre te dije que lo hicieras, porque cuando se quiere a alguien, tienes que pensar en su felicidad por encima de la tuya, ¿no? Pues eso hice, supongo que esto es bueno para todos, pero... ¿Era lo que queríamos?

Ya no serán más que simples recuerdos

Quiero escribir, ya, otra vez, quiero emocionarme escribiendo y quiero ser infeliz para poder escribir de nuevo. Ahora, es cierto, no hago más que estar nostálgica y recordar canciones y en qué momento concreto escuché esas canciones, pero éso termina siendo doloroso, y en cierto modo no quiero ser infeliz, no me gusta estar triste, pero tampoco no tener inspiración. Hoy en concreto he echado mucho de menos mi vida anterior. Pensar que la misma persona que me quiso, que me apoyó cuando nadie más lo hacía, que creía en mí y afirmaba que era un espíritu libre que nadie podría controlar nunca, esa misma persona a la que hace ya más meses de los que quiero recordar que no veo y con la que no tengo contacto ninguno estaba ahí, al otro lado de una pantalla, a menos de cinco kilómetros de mí, en un aula parecida a la mía, sin ya recordar nada de lo que significamos el uno para el otro. El esquema que siempre se repite, el círculo vicioso, el nunca acabar. Nunca llegaste a entender lo mucho q

¿TXM?

¿Que si es lo correcto? Claro que sí. Pero no estamos hablando de eso, estamos hablando de si quería o no hacerlo. "Deja de ser tan egoísta, es malo, sí, pero merecerá la pena... dentro de un tiempo". Me convencí el tiempo suficiente como para tomar la decisión correcta y no arrepentirme a corto plazo. Y aquí me ves, sigo sin arrepentirme, pero hace que me duela, que sufra por cada palabra que te digo, por cada gesto que no te demuestro. Lo siento, no he sido capaz de sobrevivir a tu cariño.