Cuando la realidad no debería ser real
Falta menos de una semana para los exámenes que decidirán mi futuro académico y solo puedo pensar en ti. Ahora, después de medio mes, muchas lágrimas y misas, he sido consciente de todo. Ha sido en la ducha (cuán patético) cuando esa canción que siempre escucho cuando estoy triste ha hecho que algún engranaje en mi cabeza encajara y todo cobrara sentido. Ahora me cuesta distinguir la realidad, no consigo imaginar un mundo en el que no estés, mucho menos voy a poder vivir en él. Pero no vas a volver y esa es la única certeza que tengo ahora mismo, aunque me duela admitirlo. En dos semanas no he sido capaz de escribir una sola frase de recuerdo hacia tu persona, y lo he intentado de todas las formas posibles, y pese a que ahora me cueste una barbaridad terminar cada palabra, tengo que hacerlo de una vez. Ya está bien. ¿Cuándo voy a honrar tu memoria si no es ahora? Nunca entenderé la manía que tiene el catolicismo con recordarnos lo muerta que puede llegar a estar una persona y lo