Donde duerme Totoro

Era evidente que este estado de relativa quietud no dudaría mucho. Lo triste es que por ello vuelve a dolerme el pecho.

Y me siento culpable. Y no pienso escuchar/leer tus intentos de consuelo, porque sé que tengo razón y que es culpa mía. Mea máxima culpa. Estás enfadado, lo entiendo, yo también lo estaría, de hecho lo estoy, pero no tiene nada que ver contigo y por eso me siento culpable. Porque todos mis temores, deseos, anhelos, sentimientos (buenos y malos) los descargo contra ti, y eso no es justo, no tendrías que ocupar tú ese lugar. Acabo de ver el boli roto que me regaló un amigo hace un tiempo, un boli como disculpa, también está el barco de papel, o el Pen, todo tiene su significado, si yo hiciera algo así, ¿serías capaz de perdonarme? No puedes pretender que cambie, lo siento pero es algo instintivo casi, tengo que saber qué te pasa, tengo que ayudarte en lo que pueda, lo necesito. Y claro, tú no me dejas y la única forma que tengo de demostrarte mi frustración es frustrándome, o por el contrario enfadándome contigo sin motivo aparente. No quiero que me entiendas, no quiero que me digas &q

Vuelves, ¿para quedarte o te irás de nuevo? Espero que no, que te quedes, que sigas siendo el mismo chico de ojos azules al que podría escuchar durante horas, no te vayas, por favor, sé que todo fue un tremendo error, pero no quiero que desaparezcas de nuevo de mi vida sin explicación alguna, quédate y pon un poco de estabilidad en mi cabeza. Cuéntame todo lo que quieras, te escucharé, te lo prometo, pero prométeme que no volverás a hacer lo mismo... Siempre fuiste importante para mí. Incluso cuando pretendía clavarte cuchillos imaginarios por la espalda.

Se acabó. En otros momentos también dije lo mismo y no fue del todo cierto, esta vez sé que no es así. Su mirada me lo confirmó. Y aquí estoy, escuchando una canción que gracias a la presencia de otros humanos aún no ha conseguido hacerme llorar, perdida en un asiento rojo del metro pensando, de nuevo, que esto es lo correcto, intentando hacerme a la idea de que todo irá a mejor, siempre. Pero, contrariamente a lo que pueda pensar, no hago más que arrepentirme, de nuevo. Un último beso, un último te quiero, una última mirada... una última tarde. Triste, en su mayoría, pero nada va a cambiar ya, y sólo hay que mirar unas horas atrás para darse cuenta de ello. Te echaré de menos, a tus besos, tus caricias, tu agobiante pero dulce forma de quererme, tus chistes malos y tu pulsera de pinchos. Y, por supuesto, a tus pisadas, pero no hay nada ya que podamos hacer para remediar la situación, por tanto intentaré hacerlo lo menos doloroso posible para ambos. Y seré fuerte, porque ya estoy aco

Es difícil olvidar porque sí una parte de tu vida, o al menos la prueba física más evidente de que eso ha ocurrido, si al menos pudiera tener una forma de que todos esos mensajes no desaparecieran... Pero es inevitable, tengo que pasar página de una forma u otra, tampoco es el fin del mundo, ¿no?

La vida se me antoja aburrida. Quiero huir, huir... a Londres. Sí, de nuevo, quiero marcharme y no volver jamás, tener una 207 a la que invitar a una o dos personas cada noche y vivir entre los maravillosos barrios de ese sitio, con el metro como único medio de transporte. Hasta me gustan más las libras que los euros. Quiero irme de aquí y perderme para siempre, no estar nunca unida a nadie, siempre quise ser libre y sin embargo no hago más que unir lazos con la gente, así no es como funciona... Sin embargo, por ahora sigo quedándome con mi futón, mi chocolate blanco, mis pompas de jabón y mis personas. Todas ellas.

Dijo que no le quería, que estaba mejor antes. Siempre me quedará la voz suave del mar y volver a respirar la lluvia que caerá sobre este cuerpo y mojará la flor que crece en mí, y volverá a reír y cada día un instante volverá a pensar en ti. Now I'm causing a scene thinking you need a reason to smile. Oh, no, what have I done? There's no one to keep me warm... [...] And I know I could be more clever, and I know I could be more strong... Y cantar hasta quedarme sin voz y sin lágrimas una canción tras otra, escondida en una esquina, perdida en mi mundo de soledad, sola yo con mi soledad.

Una canción especial siempre tiene su versión especial. Ésta es la mía.

Claro, no pueden ser conscientes de lo extraordinario que hay en lo ordinario de sus vidas, de eso sólo te das cuenta cuando dejas algo marchar, yo lo hice y ahora se me entristece el corazón por haberlo hecho, querría volver a lo que fue antes, pero sé que ya no puedo, que nada volverá a ser como antes, y en cierto modo es mejor así. Sin embargo, de lo que más me arrepiento es de no haber disfrutado, de haber menospreciado lo que ahora ya no puede pertenecerme, y es muy frustrante pararte a pensar que a lo mejor todo podría haber sido distinto. Aun así, no cambiaría mi vida actual por nada del mundo, de eso estoy segura.

Ahora mismo no sabría explicar cómo me siento, sólo sé que esta canción me trae demasiados recuerdos, quién sabe si buenos o malos...

 Sí... ni la mismísima muerte ha sido barrera suficiente para sofocar la llama de nuestro amor.