Entradas

Mostrando entradas de marzo, 2012

Ceniceros andantes

Genial, lo has conseguido, es toooodo tuyo, para ti solito, eso sí, cuídamelo que después me viene oliendo a tabaco y los besos con personas que fuman son lo peor del mundo.

Te lo advierto

Deja de leer cosas que no quiero que sean leídas por ti.

Quiero una casa blanca para pintarla de colores

Mundo, prepárate, te quedan meses y meses que verme escribir sobre la mierda que es la vida, lo feo y sinsentido que es el amor y lo mal que me siento. Puede que ahora mismo tenga el corazón algo (venga, admitamos pulpo...) roto y me cueste pensar con claridad, aparte de que estos cambios de temperatura tan bruscos no pueden ser buenos... y la deshidratación tampoco. Qué familiar me suena todo esto, los ojos rojos, el temblor, la lucha interna por no llorar, y yo que pensé que tardaría algo más en volver esta mierda de sensación. Como odio que me dejen. En fin, es la tercera vez, creí que a la tercera iría la vencida pero de nuevo la vencida he sido yo, para variar. Me duele la nariz de respirar tan fuerte... ¿Cómo será esta vez? Tengo la corazonada de que va a ser peor, pero en fin, todo sea por el bien ajeno, es lo que dicen, si quieres a alguien, tienes que hacer lo mejor para esa persona aunque signifique no poder estar con ella. O algo por el estilo, el caso es que yo te quiero

París, mil novecientos cincuenta y tantos

Me hartabas un poco con tu manía de perfección, con tus zapatos rotos, con tu negativa a aceptar lo aceptable.

Sub-chef

Un cumpleaños más. El pasado estabas enfadado conmigo y ni siquiera pude felicitarte. Este año ni siquiera nos hablamos, pero aun así yo quiero felicitarte. ¿Por qué? Porque aunque sepa que yo ya no soy nadie para ti, a mí me hace ilusión pensar que aún soy algo en lo más hondo hondo hondo de tu corazón. Por supuesto soy una ignorante y realmente ni yo me creo lo que digo, pero es que... estábamos tan bien siendo tú y yo que me pilló por sorpresa el ver que ya erais tú y él y los porros. En fin, supongo que no tengo remedio y que sigo pensando que en algún momento me hablarás y me dirás "hola, quedemos y volvemos a ser los mismos de antes" aunque eso ya no sea posible. Entonces, simplemente, feliz cumpleaños.

Falta de vocabulario

Tener unas ganas inhumanas de escribir, de expresar lo que siento y no encontrar palabras para hacerlo. Creo que es la sensación más frustrante de mi vida.

Ven

Y es que hay cosas que aunque quieras no puedes olvidar, que se pegan a algo, haciendo que ese mismo algo te dé mal rollo... Cómo desearía que estuvieras aquí, no el de arriba, me hiciste demasiado daño como para perdonarte del todo, no el del ordenador, siempre fuiste un crío, no el del palestino, que sigue sin saber lo que quiere. De los errores se aprende y sé que de ti también aprenderé porque no eres más que otro error de los míos. Pero desde luego eres el más perfecto de los errores, y si por mí fuera me equivocaría durante el resto de mi vida. Quiero estar cerca de ti, lo más lejos a tu lado.

No, agujero negro, tú otra vez no

Prepárate porque voy a joderte la existencia durante unos días, después me atormentaré, tendré que emborracharme, liarme con otro y empezar de nuevo este círculo vicioso. Según algunos, por supuesto, qué cosas más bonitas se dicen...

Música ambiental para los amantes de las cosas brillantes

Imagen
Sobre todo, para esa criatura que hemos creado, que aunque no brille, en su interior tiene muchas cosas que brillan (estaño, por ejemplo...).

¿Desde cuándo el amor inspira?

No, no es que haya olvidado de repente que tengo un blog en el que de vez en cuando escribo demasiado. No es que haya muerto y sea mi espíritu el que escribe estas palabras. No es que me haya ido de viaje y a medio camino me hayan secuestrados unos miembros de ETA y me usaran de rehén para que les concedieran lo que sea que quieren conseguir (que nunca me he enterado muy bien de lo que es) (y como no se lo concedieron, me mataron). Simplemente, es que no tengo inspiración. Miro el blog, abro el escritorio este, y así se queda horas y horas, al pobre le van a salir telarañas virtuales, pero en fin, qué se le va a hacer, cuando esté inspirada volveré a escribir tres entradas diarias, por ahora habrá que aguantarse.

¿Sería capaz de pensar en otra cosa?

Y si ahora exploto, ¿qué pasa? Y si ahora muerto, ¿qué pasa? Porque, sinceramente, es lo que más me apetece hacer, morir, morirme de asco, morir en la más sola de las soledades. Y también quiero gritar, llorar y después reír como una histérica para tropezar y volver a llorar. Quiero que todo deje de ser tan complicado, quiero vivir en lo encantador de lo rutinario, de la sobriedad, de la simpleza que pueden llegar a tener las cosas. Quiero extender los brazos y encontrar alas en su lugar, quiero dejar de sentirme sola para aprender de una vez a confiar en los demás, aunque sepa que es una causa perdida, quiero ser diferente siendo una más, quiero pensar que hay algo más allá de la muerte, quiero querer bien y quiero que me quieran como yo quiero a los demás.

¡Au!

Duele. Aunque en este caso es más oportuno decir quema.

Gracias por los patucos

Llevaba tanto tiempo haciéndome a la idea de que ibas a morir, que supongo que cuando realmente pasó no me lo esperé. A los ocho años ya era más alta que tú, y recuerdo que cuando te daba un beso me pinchabas no sé muy bien porqué. Te recuerdo haciendo croché, o punto, o algo de eso, nunca lo supe con certeza, pero tenías siempre los hilos y las agujas a tu lado, aunque en los últimos años ya no lo hacías por el párkinson (o como se escriba). Siempre que nos veíamos estabas en ese sillón casi al lado de la puerta, con las piernas recogidas mientras veías esos programas de Canal Sur con los abuelos viejos (o bisabuelos, como cada cual los quiera llamar). Entonces me despedía porque ya volvíamos a Sevilla y tú te levantabas e ibas muy misteriosa a tu cuarto para volver y darme, como si de algo secreto se tratara, una moneda de dos euros que con mucho gusto aceptaba. Pero de todo eso hace ya unos cuantos años. El año pasado dijeron que no pasabas, que ibas a morir irremediablemente. Todo

A Su Ilustrísima Majestad

Sé que no tengo un culo sublime y que tampoco tengo acento valenciano en ciertos momentos, pero, si Su Majestad me permite la osadía, querría tener el valioso honor de unirme a su reino. Lo más probable es que no consiga escribir una entrada digna de su ilustre mirada, pues no soy lo que se dice delicada en este aspecto, pero al menos creo que merezco cierto reconocimiento por ser la única persona que se ríe con sus chistes malos que hacen a cualquiera caerse de la silla a causa de la risa. Nunca llegaré a ser digna de su más grata amistad, de eso ya me di cuenta hace mucho, ese es un privilegio que muymuymuymuymuymuymuy pocas personas poseen, pero no le guardo ningún recelo ya que sé que aunque fuera la primera vez que hablo con Su Majestad, ésta me respondería con toda la ternura y el cariño del mundo. Cierto es que no he podido evitar sentir algunos celos de personas que han conseguido su privilegio sin saberlo siquiera, y yo querría ser una de ellas. Usted es la Ley, la Todo, le g