Donde duerme Totoro

Esa red social que tiene a más de uno enganchado a los continuos vídeos de cosas "sorprendentes" y/o "espeluznantes". Pero claro, hay que compartir el vídeo antes de poder verlo, no vaya a ser que alguien se lo pierda. Fue de mis primeros contactos con el mundo de la sociedad virtual; cuando todos mis amigos tenían tuenti, yo tenía facebook. Y no me molestaba demasiado. Tenía otros métodos bastante más efectivos para comunicarme con mis amigos y así obvié esa moda de etiquetar fotos hasta los topes de filtros y con muchos dibujos de corazones y de "A.P.S" de colores a cada cual más extravagante. A lo que iba. Después de un día entero metida en las entrañas de mi facultad, vagando entre las salas de estudio y el aula de cultura, volví a mi casa hace apenas un par de horas y no me ha dado tiempo más que para cenar y ducharme. Tras esto llega ese maravilloso momento en el que siento que no tengo nada que hacer (imaginaciones mías) y que puedo tirarme en

Ojalá el mundo hubiera conspirado contra nosotros para que nos conociésemos más tarde. Ojalá no hubieses sido tú mi primer amor, sino el tercero o el cuarto. Ojalá hubiéramos sido lo suficientemente maduros como para haber conseguido que aquello funcionase. Pero no lo éramos. Todo pasó demasiado pronto y fue tan real que no nos lo creímos. Si ahora me preguntaran, después de tantos años, si mereció la pena aquella tragedia seguiría diciendo que sí, seguiría suplicando a un dios inexistente que me dejara volver a conocerte para volver a enamorarme de ti, porque eres la persona de la que siempre, cada vez que nos veamos, aunque sea sólo por dos segundos, me enamoraré perdidamente durante un par de segundos, de minutos o de horas, porque para mí eres lo que comúnmente se denomina como "retrato robot". Porque siempre te busqué en el resto del mundo e intenté no encontrarte para poder olvidarte, pero nunca lo conseguí. Siempre fuiste el chico de la piel color galleta tostada;

Falta menos de una semana para los exámenes que decidirán mi futuro académico y solo puedo pensar en ti. Ahora, después de medio mes, muchas lágrimas y misas, he sido consciente de todo. Ha sido en la ducha (cuán patético) cuando esa canción que siempre escucho cuando estoy triste ha hecho que algún engranaje en mi cabeza encajara y todo cobrara sentido. Ahora me cuesta distinguir la realidad, no consigo imaginar un mundo en el que no estés, mucho menos voy a poder vivir en él. Pero no vas a volver y esa es la única certeza que tengo ahora mismo, aunque me duela admitirlo. En dos semanas no he sido capaz de escribir una sola frase de recuerdo hacia tu persona, y lo he intentado de todas las formas posibles, y pese a que ahora me cueste una barbaridad terminar cada palabra, tengo que hacerlo de una vez. Ya está bien. ¿Cuándo voy a honrar tu memoria si no es ahora? Nunca entenderé la manía que tiene el catolicismo con recordarnos lo muerta que puede llegar a estar una persona y lo

Quería darte las gracias. Gracias por irte. Irte lejos de mi vida para siempre, gracias de todo corazón. Porque acabo de ser consciente de que si no hubiera sido por esa decisión, mi vida ahora sería muy distinta y mi vida actual no la cambiaría por nada. Aunque algunos días sea aburrida y eche de menos algunos tiempos que yo, por razones estúpidas y sinsentido, considero mejores. Pero no echo de menos los tiempos en los que tú estabas en mi vida, no echo de menos las conversaciones, ni los paseos, ni los besos ni mucho menos tu sofocante amor por mí. Así que gracias por tomar la mejor decisión para ambos, por hacer lo mejor para ti y haberme hecho caso por una vez, gracias por haber sido egoísta. Pero, por encima de todo, gracias por quererme. Por quererme a tu manera, porque después de aquéllo me convertí en una versión mejor de mí misma, en La Maga 2.0, y de no haber sido por tu paso por mi vida, jamás habría sabido lo buenos que pueden ser los amigos, jamás habría sabido lo c

Podría relatar durante horas lo bien que me lo he pasado esta semana, cuánto lo he disfrutado y lo poco que me apetecía volver. Podría contar todas y cada una de las tiendas en las que entré, los puestos que vi y las comidas que probé. Pero hoy no. Hoy quiero escribir acerca de cómo me siento en este preciso instante respecto a lo que pasó hace una semana. Y es que volví. Volví al principio de todo, a donde empezó una nueva etapa de mi vida hace ya tres años y medio. Volví a Londres. Al principio, idiota de mí, pensé que sería igual, que por arte de magia cada amigo que hice allí volvería a estar a mi lado, pasearíamos juntos por Oxford Street y veríamos los puestos ambulantes de Portobello. Pero ¡oh, sorpresa!, no fue así. Y en cierto modo intento pensar que es mejor así. Pero no podía evitar recordar cada sitio que visitamos, cada foto que nos hicimos, cada momento que pasamos conociéndonos. Ahora no puedo sentir más que una angustia que creía olvidada y mucha nostalgia. Ojal

Ahí estaba, toda yo contra viento y marea, podría con todo lo que se me pusiera por delante, iría a Barcelona, estudiaría algo que podría llegar a encantarme, conocería a personas increíbles en la ciudad más cosmopolita que te pudieras encontrar... todo era perfecto. Aquí estoy, dándome de nuevo de bruces contra la realidad, fingiendo que no me afecta, que ya estoy acostumbrada a que las cosas no me salgan bien. En algún momento espero poder expresar realmente cómo me siento, cuán impotente me siento al ver como año tras año nada cambia, hago cosas, estudio cosas que odio sólo por no decepcionar a los demás, porque era lo que me llevaban inculcando desde que tengo memoria. No tengo sueños. No tengo pasiones. O al menos aún no las he encontrado. El mundo a mi alrededor se forja en torno a las propias ilusiones de cada uno, y a mí no me queda otra que sentirme perdida. Perdida en un mundo de decisiones que no quiero tomar, que no puedo tomar en base a algo que ni siquiera existe en m

Please, believe me when I say I love you .

La noche del 26 al 27 ha sido especial. Quién lo diría. Y más sabiendo que lo fue por lo insólito del sueño. Volvías de nuevo, volvías e ibas a irte, pero por ahora estabas aquí, yo estaba aquí y me abrazabas. Y yo estaba que no cabía en mí de felicidad. Sé que mis problemas contigo nunca se solucionarán porque no tuvimos una despedida como es debido, y llevas estando lejos tanto tiempo que ya no consigo recordar tu voz. Solo querría verte para despedirme, para decirte que te voy a echar de menos, que cinco son muchos años sin vernos pero que merece la pena si me prometieras que al volver no cambiaría nada. Por ahora me conformo con soñar, es la única forma que tengo de revivir recuerdos contigo.