Entradas

Mostrando entradas de 2017

Navidad

La Navidad es, esencialmente, una fiesta para estar con la gente a quien quieres. Quizás este concepto esté algo atrofiado en mi cerebro y por eso no identifico la idea de irme con mi familia a lo que debería ser una Navidad feliz. A mi familia la quiero, por supuesto, pero son demasiados como para que me sienta cómoda entre tantísima gente a la que solo veo una vez al año. Así que me encuentro como todos los años: deseando estar en otro sitio. Deseando algo tan nimio como tener coche para poder huir de lo que, presumiblemente, va a ser una noche triste. Se han juntado muchas cosas, eso también es cierto. Había deseado con todo mi ser celebrar estas Navidades con él, en su casa, con su familia, una familia a la que soportaba bastante más que a la mía (y eso que tienen un nivel de ruido bastante parecido) y claro, por mucho que intente evitarlo esa posibilidad sigue rondando por mi cabeza por mucho que hayan pasado meses desde que se esfumara la susodicha posibilidad. Tengo miedo a

Inicios y no inicios

Un mes. El mes más intenso de mi vida. Hemos empezado el curso. He aprobado derecho. Hemos dado pocas clases. Hemos quedado. Hemos ido a la playa, a comer, a beber, a merendar... y de mientras todo pasaba, yo me preguntaba cómo demonios lo había hecho para estar ahí. Cuál es el dios que se ha compadecido de mí y ha decidido que entre tanta pena me merecía ser feliz gracias a ellos. Pero aquello no podía durar. Nunca pude confiarme. Y, una vez más, me di de bruces contra el suelo y fui consciente de que lo había estropeado todo. De nuevo. Así que, un día más, me encuentro en un limbo de sentimientos intentando descubrir qué puedo hacer para que no me pase esto otra vez, y la única respuesta con sentido que encuentro es que deje de ser yo. Está complicada la cosa.

Break

Necesito un descanso. Unas vacaciones. Alejarme. No es sino curioso que un incidente tan nimio como el que ha ocurrido haya acarreado tales consecuencias, lo que viene siendo todo un desastre emocional. Y lo peor de todo es que nadie va a entenderlo. Nadie lo entiende. Intento explicarlo y me miran con esos ojos a medio camino entre la condescendencia y la lástima. Me duele el brazo al escribir del mordisco que me diste anoche. Me gusta que me duela. Lo que yo diga, desastre emocional. No sé cómo voy a acabar después de haber tomado esta estúpida decisión de cerrarme (aún más). Quizás termine destrozada. Es posible. Quizás me encuentre a mí misma. Improbable. Probablemente me retire antes de empezar. Pero por ahora, como tantas otras veces, estoy convencida de que es la mejor decisión de mi vida.
¿Por qué te tengo miedo? ¿Por qué hoy no puedo pensar con claridad? Quizás sea la ingente cantidad de agua salada que he bebido en estos últimos dos días. Pero ¿por qué me da un vuelco el corazón al pensar en leer lo que sea que quieres decirme? Hoy no es mi día. Llevo toda la tarde escuchando canciones tristes y yendo de triste por la vida y siguiendo un estúpido juego que no significa nada. ¿Por qué, entonces, me dan miedo las consecuencias que éste pueda acarrear? El uno entre paréntesis sigue ahí y yo no quiero abrir la pestaña. Espero que nunca vuelvas a leer este blog, aquí no pasan cosas buenas. Espero que no estés leyendo esto, sería darle importancia. NO. No me digas nada, no me leas, no sigas, no me sigas el juego, siempre termino haciendo esto, no puedo hacerlo más. No.

Dejémoslo estar

Me dijiste que era guapa. Me dijiste que era inteligente. Me dijiste que me querías. Repetidas veces. Pero yo no te creí. En ningún momento te creí, y quizás ese fuera el problema. Ahora me sigues el juego, me dices que te perdone, no entiendes qué has hecho. Y realmente no hiciste nada. Solo te apartaste cuando quise un mínimo de contacto. El problema vino después, cuando intentaste arreglar algo sin entenderlo. Y yo solo quiero creerte. Quiero que me digas algo bonito y poder creer que lo dices de verdad, no solo como una vulgar disculpa que no sientes porque sigues sin entender. No, quizás sea mejor así. Podría hacerte daño.
Y dicho todo, voy a hacer scrapbook.

Try again

No sé si era para mí. No sé si esa frase iba a mí, nunca se me dieron bien las indirectas. Vamos a ponernos en el supuesto de que sí, que te referías a mí (si al final me equivoco todo lo que diga a continuación va a quedar fatal pero lo diré igualmente). Gracias. Primero y ante todo, gracias. Nunca me había parado a pensarlo pero es cierto. Son muchos años. Muchísimos. Pero nunca demasiados. Segundo (y esto es lo más importante), te equivocas. Ay, dios, no paro de pensar en lo mal que voy a quedar como al final esté en un supuesto erróneo, pero aun así (y sé que esto no es lo que debería hacer, pero hoy he pasado un día bastante malo y aunque debería decirte todo esto en persona -o por wasap, que es lo más cercano que podemos tener ahora mismo- no lo voy a hacer, al menos no ahora) debes saber que te equivocas. Que no se ha acabado. Que ha sido un bache y yo estoy dispuesta a levantarme y volver a demostrarte cuánto significas para mí, aunque nunca lo haya hecho demasiado porque e

Delirios de madrugada

Nunca he sabido si lees este blog. En estos tres años y medio de relación, la única conexión que ha habido fue cuando me dijiste que el enlace en mi tuiter estaba mal puesto. Ahí supuse que lo habías visto, pero nunca más lo supe. Tampoco me importaba, incluso prefería que no lo vieras, aquí nunca he escrito cosas de las que esté muy orgullosa. Sin embargo, como era inevitable, aquí me hallo esperando que me leas y que seas consciente de todo lo que aquí digo. Es la una y media de la madrugada y me he levantado de la cama para escribir. Quería escribir sobre muchas cosas: el gran cabreo que sigo teniendo encima, las ganas que tengo de llorar cuando estoy sola, el calor que tengo, etc, etc. Pero solo puedo pensar en todas las películas que no vamos a ver. En cómo Spiderman ha pasado a ser una película post-nosotros. Vulgar, desde luego. Triste, también. Y es que, indudablemente, nos quedamos a medias en muchos sentidos. Porque a mí aún me quedaban muchos restaurantes a los que lleva

Canciones para una semana complicada

Imagen
Lunes: When you had not touched me yet Take me to the night we met Martes: I'm crying out a storm The water is freezing And the pain's starting to show Miércoles: Listen to the words that you say It's getting harder to stay When I see you Jueves: Érem tu i jo amb el món a part i ara és el món que ens salvarà entre les runes d'aquest salt, que érem tu i jo i ja no ho som tant Viernes: I know we aren't Where we said we'd be When we were seventeen But I feel safe here Sábado: Take me out tonight 'Cause I want to see people and I want to see light (...) To die by your side Well, the pleasure, the privilege is mine Domingo: Liquid memories And waves of our story colliding Kicking up the sand And I can’t see to the bottom Dive and hold my hand 'cause maybe we haven’t forgotten.

Privacidad privada

Hice click en "aceptar" y fue como si nada hubiera pasado. Como si esa inmensa red social fuera el mundo real. "Este cambio no saldrá en la sección de noticias", "estamos aquí para ayudarte, ¿quieres cambiar tu configuración de privacidad?". No puedo evitar reírme de aquella pantomima. ¿De qué me va a servir cambiar mi configuración de privacidad?, ni que hubiera algo que no haya visto a estas alturas. Levanto la vista de la pantalla. La puerta de mi cuarto está abierta y entre toda la parafernalia está la postal que me guardaste del skyline de Londres y el Brown hecho de hammas. Privacidad, dicen. Giro a la derecha. Los parches de yoshi que aún no he usado, las pegatinas de alpaca, el vale caducado del Taco Bell, el libro de caligrafía, la postal de gatos, la camiseta del trooper, fotos y más fotos. ¿Privacidad?¿Qué privacidad, si has usurpado hasta mi cuarto del suelo al techo? Cajas de kimidori, libros y cuadernos, la colección de Ekhö que, tras tres
Me gustaría explicarte lo que siento por ti, porque es tremendamente complicado. Me gustaría no ser un manojo de nervios borde que no sabe responder a nada cuando estoy contigo, porque sigues siendo tú. Me gustaría dejar de soñar contigo, porque lo hace todo menos fácil de asimilar. El tema del poliamor me resulta cada vez menos extraño y eso, por una parte, me da miedo y por otra me fascina. Durante toda mi vida sentimental me he sentido mal por tener atracción hacia otras personas (sexual o emocional) mientras estaba en otras relaciones. Me han inculcado que eso estaba mal, que solo podía tener ojos para el chico que tuviera una etiqueta en la frente que pusiera "mi novio". Ya no lo veo así. No me voy a molestar en buscar alguien de quien enamorarme porque no lo necesito, pero no voy a evitarlo porque sé, precisamente, que es inevitable. Ahí es donde tú entras en juego. Llevas demasiado tiempo aquí, y yo siempre he sabido que algo raro había entre nosotros, al