Donde duerme Totoro

Soy feliz, estoy feliz, enorme, entera, completamente feliz. Eufórica también, con ganas de cualquier cosa, y se une el hecho de que también estoy triste... pero es una sensación genial, por una vez estoy genial... y soy buena, que fuerte, ¿no?

Me acuerdo de que hace la tira de tiempo hice otro blog. No me acuerdo siquiera de cómo se llamaba, sólo que lo hice con Cristina, que me flipé tela y puse que iba a ser el mejor blog de todos los tiempos. Fue la primera y última entrada que escribí. Era oscuro y muy cutre, con un gif de un dragón a la derecha. Hace poco intenté buscarlo, pero supongo que de tanto tiempo sin usarlo lo borraron, lo cual no me extraña lo más mínimo. Cuando empecé con éste pensé que iba a pasar lo mismo. Una o dos entradas y se acabó, pero esta vez tenía algo de lo que hablar.

Si es que... por más que yo te quiera y aunque tres vidas viviera pendenciero y mujeriego lo seré hasta que me muera, y aunque a tres mujeres quiera, si las tres vidas viviera, a ti que lo mereces te querría la primera... que poca vergüenza, que desfachatez, sincero hasta que muera, sincero aunque te duela... ¿qué quieres que diga?¿Qué voy a decir? Te digo lo que nadie querría nunca oír.

Después de un día con sus intervalos perfectos y no tan perfectos, se vuelve a la cruda realidad.

No pienso volver, no quiero volver, después de tres meses y medio... creía que no pasaría nada teniendo en cuenta que casi no íbamos a hablar, creía que llegaríamos hasta el primer día de curso, yo con los pantalones cortos negros y la camiseta-pijama de Winnie the Pooh, corriendo por la calle esa que no me acuerdo como se llama (que raro...) después de haber conocido la clase y el/la tutor/a nuevos, lo cual me importaba una mierda, hasta llegar al otro instituto y ver cómo milagrosamente te habías vuelto sociable y ya habías conocido gente y comprobar tristemente que esa iba a ser de las últimas veces que iba a poder verte y entablar una conversación, si es que en esa ocasión llegaba a ocurrir.

Es demasiado doloroso recordar lo que acaba de pasar... empecé a hiperventilar y subí corriendo a la azotea. Me tiré en el puf y estuve allí unos diez minutos. Decidí que era tiempo suficiente para recapacitar y pasar página, y aunque sea lo más cruel que me han hecho en la vida, no creo que vuelva a llorar por ello. Sólo quería contarlo.

No me des tu móvil que es malo. No insistas, no vaya a ser que te canses. No seas simpático que a lo mejor alguien te ve. No me entiendas, puede que entonces se te pegara. No me dejes conocerte, que corres el riesgo de que te descubra.

No tengo ganas de hablar... total, para terminar enfadada siempre hay tiempo y ahora mismo estoy muy ocupada (me estoy pintando las uñas...¬¬¬) aunque siempre puede haber algo que me haga cambiar de opinión... bah, da igual, no vale la pena, no interesa siquiera, es absurdo... seré idiota...

Dicen que todo final es un nuevo comienzo. Si ellos lo dicen... porque a mí personalmente, me da la impresión de cuando algo se acaba, se acaba, y ya está. Después pueden pasar más cosas (y creo que me estoy liando yo sola) pero las cosas nunca ocurren más de una vez, aunque sea lo mismo, siempre será distinto, y además peor. Nunca cuentas un chiste igual que la vez anterior, nunca se canta dos veces la misma canción, la versión que se hace de ella cuando otra persona la canta es siempre distinta (por mucha letra chorra y simple que pueda llegar a tener), nunca te enfadas por lo mismo, pero a fin de cuentas es lo mismo, un enfado, cuando besas, suele gustar, te hace sentir bien, y también que formas parte de alguien... pero está el primero, el que más ha gustado y el que menos, aunque sea el mismo concepto. No entiendo cómo demonios he terminado hablando de esto teniendo en cuenta que no tiene nada que ver con el principio pero bueno... se va a quedar así.

Sentir la arena en los pies, oler el mar, notar como el salitre hace que se seque la piel, tragarme medio océano cada vez que me baño, salir corriendo cuando noto algo rozándome la pierna, intentar sintetizar vitamina D, y comprobar tristemente que es una causa perdida, sentirme mayor y protectora por despellejarme las rodillas con la arena al sujetar a mi prima y ahogarme cada vez que venía una ola con tal de que ella no se cayera mientras me decía "tranquila, estoy bien", irme lo más lejos posible, mar adentro, donde pudiera sentir que todo aquello era mío, hacerme la muerta y pensar en todo lo que había ocurrido. Lo único que quería era olvidarlo todo, olvidar lo que había pasado a lo largo del curso, los aprobados, los suspensos, los enfados, los besos, los te quiero, los amigos y las conversaciones con todos ellos... y no podía, por más que lo intentaba, es demasiado importante por mucho que quiera negarlo. Ahora no se conecta, desde hace dos días, o al menos eso creo,

En la playa!! Desde hace ya cuatro días. Lo único malo es que no he hecho ningún amigo/a, lo cual es normal, lo tengo asumido (que soy antisocial) así que me lo estoy pasando de puta madre. Dentro de un rato me tendré que ir otra vez, a ver si consigo que se me pegue un poco más el sol... joder, esto parece ya completamente un diario, que cagada... en fin, me da un poco igual.

Se va. Enfadado. Porque no entiende lo que me pasa, y no puedo explicárselo. Tan sólo me queda esta mierda de blog para contar mis gilipolleces, esas que no voy a contar jamás a nadie. Le echo de menos, quiero estar con él, y no se lo digo o incluso lo niego. Nunca lo admitiré, soy demasiado cabezota para hacerlo, me puede el orgullo, aunque no tenga. Y me pongo a llorar, como una niña chica, porque no soy capaz de decirle que lo único que quiero es que esté conmigo.

Un sms antes de dormir. Un mensaje que no sea para responder a algo que haya mandado yo. Un helado. Un te quiero inesperado. ... un beso.

Y dice que no soy el centro de su vida. Eso me lo creo, es más, lo sabía desde hace ya bastante tiempo, y acto seguido va y dice que no ando lejos. ¡Ja! Perdona que lo dude... pasa de mí, da la sensación de que no le importo lo más mínimo... ¿y ahora pretende que me crea eso? Nadie lo creería. Aunque suene estúpido, me recuerdo a una chavala de una serie... ella estaba totalmente colada por un tío, y a él también le gusta ella, pero de vez en cuando se tienen fallos, es algo normal. Él se lía con otra tía (aunque en ese momento no estaban saliendo) y le da una explicación. Ella se enfada pero dice que tendría que intentar perdonarle porque se siente tan segura y tan no sé qué... pero que no puede. Ella le quiere, y lo sabe, pero es demasiado. Pues a mí, viéndolo de otra forma, es más o menos lo que me pasa. Sé que idealizo, y que hay muchas cosas que no conozco, pero quiero conocer a alguien que realmente sea romántico (todo lo romántico que se puede ser con nuestra edad) y que se pre

La miró un instante, un micro segundo, casi imperceptible, pero ella se dio cuenta. Interceptó su mirada al mismo tiempo que hablaba con la dependienta de la tienda. Él se paró en seco delante de la puerta y ella salió corriendo a su encuentro. Se saludaron y sin darse cuenta a los veinte minutos estaban en el pequeño apartamento de él y se conocían como si fueran amigos de toda la vida. Se tumbaron en el sofá-cama y siguieron hablando, cada vez más cerca, más cerca. Hablaron horas y horas, abrieron el sofá y ella se tumbó encima suya mientras que él la abrazaba. Al rato ella miró la hora. Las siete y veinticuatro. Era imposible. Saltó de la cama mientras él intentaba comprender qué demonios pasaba. La acompañó hasta la puerta y antes de salir la agarró de la cintura impidiendo que se marchara, la apretó contra su pecho y la besó dulcemente. Susurró dos palabras casi inaudibles. Te quiero. Ella sonrió y salió corriendo. Cuando llegó a su casa se tiró en la cama y se durmió con la ropa

Estaba soñando con aquellos tres días. Podríamos haber estado tres días en la playa juntos... juntos... juntos... parece que es imposible. Por lo visto tienen una "reunión familiar". Seguramente ni siquiera se lo dijo. Mi madre me lo contó y se me quebró la voz al decir "vale" con esa indiferencia que me caracteriza cuando hablo de él con ella, y que esta vez me ha costado entonar. En cuanto salió se me calleron dos lágrimas de cocodrilo. Estoy intentando contenerme para no romper a llorar otra vez, y por ahora está ganando la opción de llorar. Tenía tantas ganas, estaba tan ilusionada. Ya me doy cuenta de que lo de ilusionarse no sirve de nada y lo hago demasiado a menudo. Falsas ilusiones. Podría hacer una lista de ellas, y sería muy muy larga. Joder, es que... me importaba un carajo mi primo, se suponía que también iba a venir, me daba exactamente igual si venía o no, es más, prefería que no viniera, pero era la excusa perfecta, y es el otro quien no viene. Él,

Sonó el teléfono a las 10:33 p.m. Era un número que no había visto en mi vida, y odio coger esas llamadas, suelen ser de publicidad, pero no tenía ganas de escuchar la música que tengo de tono. Me levanté de un salto del sofá y fui corriendo hasta mi cuarto. Descolgué el móvil, dije "¿sí?" o "diga", no me acuerdo, y acto seguido una voz que me resultaba extrañamente familiar pero que no llegaba a reconocer empezó a hablar sin darme tiempo para interrumpirle. Parecía nervioso. Me preguntó que dónde estaba en ese momento. ¿Y a él qué le importaba? Ni siquiera se había presentado, no sabía quien era. Dijo que él estaba en la playa... ahí, justo ahí. Ya sabía con quien estaba hablando. No era un idiota con problemas mentales, era el idiota de mi novio (y que conste, lo digo de cariño). Dios mío, no le había reconocido, seré gilipollas ¬¬¬. Tan sólo escuchaba palabras que no cobraban sentido alguno salir por el auricular, no le estaba prestando atención. Después de rep

Volví. Volví. Volví. Qué pena haber vuelto. Tan simple, tan rápido, tan estúpido. ¿De qué sirve volver a un sitio que no consideras un hogar? Abrazos, besos, cariño... no sirve de nada. No los tengo de quien quiero. Y no quiere darme nada. Triste pero cierto. Podría mentir, podría fingir que no es cierto. Pero quiero que se dé cuenta de que para ser feliz... Tan sólo necesito una cosa... Y no voy a decir cual es.

Siempre suena el ensordecedor pitido del móvil, y siempre voy corriendo. Lo dejo todo, por importante que sea, para acudir hasta esa aguda llamada que anuncia lo esperado. Siempre se me acelera el pulso, siempre me hago falsas ilusiones, siempre deseo más de lo que se me permite. Entro corriendo en mi cuarto, busco por toda la habitación hasta darme cuenta de que está metido entre las sábanas arrugadas de la cama después de toda una noche abrazada a él esperando una contestación que no llegó. Veo que en la mini-pantalla hay escrito "mensaje recibido", respiro y abro el móvil con la esperanza de que lo hayas enviado tú, un mensaje cargado de cariño y ternura, diciendo "buenos días" o en todo caso "buenas noches atrasadas", pero siempre hay dos opciones, y ninguna de las dos abarca el que el mensaje sea tuyo. Puede ser de multigestión, una gente que últimamente me dan mucho por culo, o uno informando de que alguien me llamó y no lo cogí, lo cual es bastan

¿No sería más cómodo que la gente no se enamorara, que todos fuéramos asexuales? Convertirnos en ese aspecto también en animales. Sólo cambiaría eso. Lo único malo sería que no podría haber comedias románticas. En este momento me da un poco igual, estoy bien (por extraño que pueda parecer) pero soy tan celosa... dicen que eso significa que le quiero, pero no quiero quererle si tengo que estar pasando por esto continuamente. Está en la playa, y yo misma le dije que se echara una novia pero... por dentro siento que me falta algo, puede que su calor sofocante, puede su mirada, sus manos, sus labios, y siento que le estoy perdiendo por momentos, después de tanto tiempo... Joder, lo tenía superado, no me importaba nada, y ahora me da miedo el simple hecho de que hable con una chica, ¿por qué tuvo que venirse a mi casa? Es cierto, me lo pasé muy bien, pero en ese momento, después todo son celos y sufrimiento. Por un instante creí que esa era mi vida, junto a él, para siempre, y llegué a cre