Entonces estabas tú en el escenario y yo entre el público, expectante.

Me mirabas pero no cambiabas el gesto, no era algo que pudieras permitirte. Y yo me sentía orgullosa de ti, de lo que eras capaz de hacer, porque me conmovías en cada una de tus actuaciones.

Y, después de todo, seguirás siendo mi tensión sexual favorita.

Comentarios