Silencios cómodos

Creo sinceramente que el amor existe.

Lo acabo de pensar, es la una de la madrugada y no he podido evitar coger el móvil (ah, aquellos tiempos en los que tenía que bajar de la litera y encender el portátil han pasado a mejor vida) y escribirlo en algún sitio. Estaba pensando en Totoro, en nuestra historia juntos, en cómo ha ido avanzando nuestra relación a lo largo de estos cuatro años y medio aproximadamente.

Tenemos un blog privado, normalmente escribo ahí cuando me siento moñas respecto a nosotros, pero hoy me ha parecido un buen momento para expresar en un lugar algo más público todo esto.

Y es que estoy convencida de que hay personas que nacen para estar juntas. Que en el cielo de los bebés estaban todo el día charlando, no lo sé, el caso es que la complicidad más absoluta puede llegar a existir. Y eso no quiere decir que seamos iguales o que tengamos los mismos gustos o que nunca discutamos, por dios, no; eso quiere decir que en cada pelea que tenemos, por fuerte que sea, yo estoy tranquila poco después, y sé que él se agobia y lo pasa mal, pero yo no me preocupo en absoluto porque no va a ser algo que pueda con nosotros.

Hay veces que nos llevamos mejor, hay veces que no nos hablamos en varios días, hay veces que, simplemente, no tenemos nada que decirnos y no pasa nada porque los silencios con él nunca fueron incómodos.

Espero de todo corazón que si alguien está leyendo esto sepa de lo que estoy hablando. Entonces me alegraría mucho por él o ella.

Comentarios