Y tú me dices "no quiero" con cara de pena cuando te pregunto si quieres que no sigamos viéndonos, y a mí me entra una ternura que no puedo disimular. Lo repites, una y otra vez, siempre con la misma expresión y el mismo tono, después de todo, siempre quieres decir lo mismo. Pero quiero algo más, una explicación a ese "no quiero", y me respondes con un silencio y un "no quiero" inexplicable. Entonces pasa un rato lleno de cosquillas, manos, risas y miradas interminables, y te digo que me beses. Decías que eras capaz, si yo me dejaba. Estaba dispuesta, completamente dispuesta a todo, pero solo me mirabas y sonreías, ¿qué tiene eso de beso? Aquel poema que dice que el alma puede besar con los ojos será muy bonito, pero no se siente lo mismo ni de coña. Entonces, daba igual, no era importante, ya lo tenía asumido, y me da igual, me gusta estar contigo, no tiene porqué haber beso, pero lo hubo, y hablamos mientras nos besamos, y casi me duermo encima tuya, ya de paso sea dicho.
Comentarios