Everybody lie... and I love him

¿Por qué me hiciste eso?¿Por qué me mentiste? Sabías que estaba enfadada contigo, aunque fuera por una estupidez sin sentido, pero te pasaste haciéndome creer toda esa sarta de mentiras. Parece que no me conocieras, ¿desde cuándo entiendo yo a la gente, si ni siquiera me entiendo a mí misma? Terminaste haciéndome llorar, por miedo a que te fueras, a perderte para siempre, no quería admitir que todo aquello podía tener algo de verdad, pero realmente creía todo, palabra por palabra. Grave error. No aprendo de mis errores (de los cuales tengo una laaaarga lista), lo cual es potencialmente problemático.
¿Qué iba a hacer yo sin ti?¿Sumirme en la misera, en una depresión (otra) o directamente morirme de asco? Supongo que una mezcla de las tres, porque tendría la certeza de que no querrías volver, ni por mí ni por ninguno de nosotros, no quería que fueras el próximo Jesús, pasando de ser mi mejor amigo a no hablarme. No. Otra vez no, no podría soportarlo. Conocerías a una valenciana guapa y simpática, te enamorarías de ella y nos dejarías a todos de lado. Es lo malo del amor, te ciega aunque no te des cuenta.
Y no podríamos cumplir nuestra apuesta.
Y no tendría a mi subchef.
Y (por encima de todo) perdería a un amigo como ningún otro, por muy mentiroso que seas y mucho que nos enfademos.

Prométeme que nunca te irás, no me dejarás, seguirás llamándote de la Rosa y te pondrás a mi lado en las clases en las que tengamos que ir por orden de lista, y en sociales seguiremos pasando de la profesora, y me seguiré cabreando porque te vayas con los tíos en vez de quedarte conmigo pero me da igual porque después me hablarás y te reirás y me harás reír a mí y todo será como siempre ha sido. Prométeme que todo seguirá como hasta ahora.
Prométeme que nunca me dejarás sola.

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