Dos padres nuestros y tantos aves Marías (lo va a rezar quien yo me sé)

Soberbia... orgullo... cabezonería... quién sabe, a lo mejor yo también debería ir a confesarme, lo malo es que yo de esas cosas no me arrepiento, lo cierto es que no me arrepiento de nada desde que nací, a lo mejor eso no es bueno, no lo sé.

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