Mismamente eso

Y ahora, no sé que poner. Después de diez minutos echando a suertes si te llamo o no, al principio es que no. Total, ¿qué iba a decir? Y además estarías estudiando o tocando o yo que sé qué, no quería molestarte, y para quedarme callada frente a un móvil medio llorando siempre hay tiempo. Y después se me ocurre esta estupidez: escribir en un papel lo que se supone que quiero decir, pero aun así, no soy capaz, principalmente porque no sé explicar lo que me pasa. La adolescencia, dicen. Ja, un carajo, de adolescencia lo mío tiene poco, como mucho de pavo. ¿Pero qué estoy diciendo? Yo aquí escribiendo lo primero que se me ocurre cuando lo único que quiero decir son dos palabras: lo siento. Siempre termino echándome las culpas a mi misma, pero en esta ocasión tengo razón, sólo quería ir a comprar algo, lo he visto tantas veces en las películas que siento la necesidad imperiosa de hacer lo mismo, sin pensar en los demás. Qué raro, ¿verdad? Yo sin tener en cuenta a nadie más, y Ángela después dice que no soy egoísta. Qué coñazo, en fin, ya está, ya lo he dicho todo, aunque sea por el móvil, lo cual se carga gran parte del "encanto" que hay.

Comentarios