Alea jacta est

He estado leyendo la carta que escribí hace ya más de cuatro años a esa chica de Noruecia. También he leído la que ella me escribió a mí. Era extraño, digo que nos encontraríamos en la universidad o en el trabajo y, ¡joder!, voy a poder volver a estar con ella en el mismo instituto dos años más. El mundo es un pañuelo, es la única conclusión que puedo sacar.
Sé que no tiene mucho sentido escribir esto, pero es que me parece de lo más inverosímil, aún hoy no puedo creérmelo del todo.
Este año será distinto, lo sé, lo noto en las tripas, quizás por eso de que se va a acabar el mundo haya que empezar a tomarse las cosas más a la ligera y dejar de pensar por un momento los pros y los contras, no merece la pena.

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