Luna mentirosa

Bajo las escaleras de metal y voy directa a la cocina. Antes de abrir el frigorífico me asomo al balcón; la luna está casi llena, la luna mentirosa. Me gusta hacer ese recorrido, sentir el frío de la noche en el cuerpo, ese frío que siempre está en invierno. No es desagradable.
La noche es perfecta, como siempre, y la observo como si viera algo más allá de mis narices.
Pero qué ilusa.

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