Nos vemos dentro de cuatrocientos treinta y dos mil segundos

Adiós, mundo, durante cinco días.
Adiós, penas, durante ciento veinte horas.
Adiós, amor mío, durante siete mil doscientos minutos.
Ahora mismo mi corazón es completa y enteramente tuyo, pero mañana ya no lo será, ni pasado ni el otro, hasta que no vuelva a pisar suelo sevillano no te perteneceré, seré libre y te recordaré, pero sólo sentiré lástima por ti, por tu escasa calidad humana, y por supuesto una añoranza terrible hacia el pasado, nada que no pueda olvidar.

Comentarios