Todo se arregla con agua

La puerta se cerró y algo cambió en mi interior. La tristeza se apoderó de mí a la vez que escuchaba sus risas cada vez más lejanas. Entonces fui consciente de lo que había perdido. Fui consciente de que no había perdido nada y de que lo había perdido todo, que ya no me quedaban quedan razones para vivir. Pero lo cierto es que sí tengo razones, aunque no vienen a cuento.
Ahora es cruel, malvado, mezquino, lo único que quiere es restregarme por la cara lo muy equivocados que hemos estado ambos. Lo triste es que yo sigo equivocada. Porque es curioso el hecho de tener a todos tus amigos a tu alrededor y pensar cualquier forma de poder llamarte la atención, supongo que lo único que hago es hacerme sentir culpable de nuevo, pero es que me da igual, me da igual sufrir, me da igual pasarlo mal, soy una puta psicópata de tu amor, moriría por ti (sí, lo haría, pese a que algunos digan que sólo es parte del juego), haría cualquier... CUALQUIER cosa por hacerte feliz; eso sí, lo más lejos a tu lado. Y es la verdad, ya todo me da igual, no quiero fingir más, nunca me ha gustado mentir, ni me importa lo mal que hable mi ex-novio de mí (y por ex me refiero al primer ex), sólo me importa una cosa, y esa maldita cosa eres tú. Sí, tú, para que después digas que no te escribo entradas, o que no te das cuenta de que te las escribo a ti, ésta es toda tuya para que te des cuenta de cómo mierda me siento, de que ahora mismo no soy nadie, no soy nada, y eso es lo que más me duele de todo. Nunca entenderé esa facilidad que tenéis para olvidaros tan rápido de las personas a las que decís amar. Al igual que tampoco entenderé por qué siempre soy yo la que termina perdiendo. Soy consciente de mis errores, sé que me equivoqué, pero una cosa es equivocarse y otra muy distinta hacer daño a traición, cosa que tú sabes mejor que nadie hacer.

No volveré a molestarte, no volveré a mirarte, ni siquiera a dirigirte la palabra si es lo que quieres. Después de todo me sigue doliendo todo lo que has hecho. Aunque sabría perdonar. El problema es... ¿tú quieres de verdad que eso pase?

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