Es como si en el Pac Man te mata la cereza

Sí, he vuelto; sí, iré a la feria; no, no tenía ganas de volver. Podría haber muerto allí, con sus tardes frías y lluviosas y sus estrambóticos precios. La única razón por la que aún quedaba un ápice de mi ser queriendo regresar está ahora lejos, sin poder verle, resignándome por completo un año más a que no podré quedar con quien quiero esta semana. Aquel sitio se me antojaba de lo más surrealista, ferviente de actividad, presas de un continuo vaivén de dinero y personas, era un paraíso terrenal consumido por grandes empresas, quería pertenecer a ello, claro que nada es para siempre, como consecuencia aquí estoy, escribiendo sobre una isla que está más lejos de lo que me gustaría y sólo con ganas de dormir eternamente.

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