Me dice hola, me pregunta qué tal estoy, que en qué pienso... me cuenta su vida, cosas que en su mayoría ya sabía, pero me gusta que lo vuelva a hacer, a excepción de cuando se pone a "presumir". Deja de hablar, en cualquier momento puede ocurrir, y no le importa en absoluto lo demás, sólo la guitarra o alguna canción, todo es por la música. A la media hora de dejar de escribir dice que se tiene que ir, y que no sabe cuando va a poder volver a conectarse, y me dice que me quiere, y a mí me sienta cómo si fuera a besarme justo antes de irse él o yo a la guerra, sin poder saber si vamos a volver a vernos, o a hablarnos. Pero lo fuerte es que odio que me diga que me quiere, porque es siempre lo que hace, es ya una rutina que tiene asumida, como si así borrara de su mente (y ya de paso de la mía) todo el tiempo que se ha llevado sin hablar, haciendo otras cosas en vez de estar hablando con la idiota a la que tiene por novia que no ha visto en más de tres semanas.
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