Cepillos de dientes, números, ovejas...

Acabo de borrar tu número de la agenda del teléfono fijo. Creo que era la última prueba que quedaba (aparte de mis innumerables cartas contándote mi vida, pero como realmente no hablo de ti no sirven) de que pasaste por mi casa.
Acabo de sentirme genial conmigo misma.

Comentarios