Mañana más pero no mejor porque será otro año

Vaya, hoy se acaba el año, y qué año. Un año de nuevas amistades, de mentiras, de lágrimas, de demasiado desamor y puede que un poco de amor, de pérdidas y rechazos, de besos y palabras escondidas, de enfados sinsentido (sí, va junto) y cariño sin dueño, ha sido un año como ningún otro por lo curioso que ha tenido, por cómo hemos cambiado y personalmente por lo fuerte (a mi modo de ver) que puede hacerte sufrir.
No ha sido un mal año (de septiembre para abajo), tampoco bueno, y yo soy feliz. Feliz último año de nuestras vidas según algunos; feliz 2012 según otros; feliz año que viene y en el que espero pasen cosas absolutamente espectaculares porque para eso seremos un año más viejos y, como dice mi profesora de lengua, la veteranía es un grado.

Comentarios