No has venido

Ahora te echo de menos. Supongo que por el misterio de que puedas no venir en lo que queda de día. Me pongo a pensar y termino recordando la conversación de ayer, ¿y si te has suicidado? Jamás me lo perdonaría.
Sé que no te has suicidado pero tampoco estás aquí, así que como consecuencia te echo de menos. Por esa estúpida idea que se me ha metido en la cabeza de quererte. Y quería hablar contigo. Y escucharte. Hablar y tocar. Después de tanto tiempo volver a estar allí donde ambos estamos a gusto. ¿Cómo demostrarte que te quiero si tan sólo muerto por dentro cuando no estás aquí? Claro que eso no importa pues no puedo demostrártelo ya que si tuvieras manera de estar de cuerpo y alma presente no escribiría esto, no me haría falta, sólo te miraría de vez en cuando y observaría tu cara risueña para sentirme feliz por estar simplemente en la misma sala que tú.

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