Miguel ya no es mi Miguel

He leído una conversación del veintiséis de julio (um, ¿de qué me suena esa fecha?). Aquel día íbamos a ir a la velá, aquel día era la chica más feliz del mundo. Hablé con quien antaño fue alguien importante en mi vida, alguien por quien habría matado a quien hiciera falta si me lo pedía. Ese día nada podía estropearlo, pero él lo consiguió dando a entender que aún me guardaba rencor por cambiarme de instituto, alegando que cambiaría, que no volvería a ser la misma... por aquel entonces no entendía porqué decía eso, ni siquiera comprendía porqué le importaba tanto que me cambiara, pero me dolió tanto que dijera aquello cuando en el fondo sabía que si todo seguía igual nada cambiaría.
Al final sí cambió un detalle pero, ¡sorpresa!, no fui yo quién cambió sino él, quién intentaba convencerme de que tanto cambio no era bueno porque repercutiría en nosotros al final tuvo razón, pero no fue capaz de aplicarlo a si mismo pues las personas no se dan cuenta de cuanto cambian en cuestión de semanas, y lo peor de todo es que después no quieren admitirlo. O prefieren esa vida basada en PPs (porros partys) y PS3. Allá cada cual con sus decisiones, sólo quiero decirte que no entiendo porqué te enfadaste tanto cuando no te importaba absolutamente nada... ah, y que te echo de menos.

Comentarios