Mi media naranja convertida en Cointreau

Trastorno. ¿Podría decirse que es eso lo que siento? A cada minuto que pasa me voy dando cuenta de lo mucho que le temo a esa maldita palabra, la palabra que me hizo ser feliz para después arrebatármelo todo sin derecho a rechistar. ¿Amor? No, el amor es algo que nunca me ha dado miedo porque ya estoy acostumbrada a vivir con él; eso sí, siempre a escondidas y mejor cuando ni yo misma sé que lo siento.
Relación. No la relación que tienen todos los seres vivos con el medio en el que viven, sino ese contrato que se hace con otra persona en el cual declaran que quieren estar juntos por un tiempo indefinido. ¿Cómo son capaces de hacerlo, si posiblemente no se conozcan el uno al otro?¿Cómo van a saber lo que quieren o cómo hacer feliz a la otra persona? Las relaciones son para gente atrevida, sin miedo a experimentar nuevas experiencias, y ese, sencillamente, no es mi caso. Quizás lo sea algún día, cuando pierda la vergüenza y el pudor, pero por ahora lo único que quiero es pasear agarrada de la mano de alguien, alguien que me aguante mis idioteces y mis cambios de humor y me quiera pese a todo ello. Sinceramente no creo que exista ese alguien, al fin y al cabo sólo es un producto de mi infantil e inmadura imaginación, y tampoco creo que me importe, teniendo en cuenta lo mucho que sufrí, no creo que merezca la pena volver a pasar por todo con tal de tener "novio".

Comentarios