Si es que todo es un palo... amarillo

Tengo un paraguas amarillo. Y es verdad, por primera vez en mi triste vida tengo un paraguas amarillo. Es muy especial, me comprende, cuando queremos podemos ser uno solo. Me resguardará del frío y siempre querrá cuidarme, estoy segura. Por supuesto tendremos peleas y enfados por culpa de su rigidez o de mi locura, pero son todo minucias sin importancia. Me costó encontrarte, pero al fin lo hice... bueno, teóricamente fue gracias a mi madre pero el caso es que estamos juntos.
Gracias por un regalo de cumpleaños adelantado tan especial, supongo que te habrás pateado toda Sevilla para encontrar un paraguas amarillo pollo y que no te tomen por loca.

Tengo un paraguas amarillo chillón plegable y además un chubasquero amarillo que hace juego, soy la chica más feliz del mundo.