No escribiría esto si estuvieras aquí

Después de haber pasado una de las mejores noches de mi vida (digo noche porque la tarde no se pudo considerar buena ya que estuvo basada en vampiritos y lobitos), la bronca de mi madre por no haber guardado la ropa y todo ese estrés, sólo quise ducharme. Pero la ducha parecía un asesinato surrealista, con chorreones morados cayéndome por todo el cuerpo, pensé que después de esa maldita hora en la peluquería todo aquel tinte era una farsa. Claro que al mirarme al espejo comprobé que todo seguía donde tenía que estar. El morado con el marrón y el marrón con el morado. Pero el susto me lo llevé igualmente.
Además quería que se quedara a dormir, después de todo hoy es veintiséis...

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