La sensación más extraña de mi vida

Nos estábamos besando. Las cinco menos cinco y allí estábamos los dos, mientras que su hermano y el amigo intentaban averiguar que macabras experiencias estábamos experimentando, pero a mí me daba igual. En aquel momento sólo me importaba él.
Habíamos estado hablando antes, de cualquier cosa, intentando obviar el deseo que sentíamos el uno hacía el otro, pero de repente me dijo que me quería, sólo me dijo eso... no pude evitar estallar. Me acerqué a él sin pensar, sin poder tener siquiera la oportunidad de arrepentirme. Besé aquellos labios con sabor a té, intentando hacerlo lo mejor que podía, pero no es que tuviera lo que se dice mucha experiencia... era mi primer beso, y él no hacía nada. Por un momento pensé que estaba equivocada, que no era ese el mejor momento para besarle, ya que sólo se dejaba hacer, pero al final terminó por reaccionar y consiguió que aquel beso fuera el primero y más maravilloso de todos.

Comentarios