Olvidarlo todo sería altamente improbable, pero no imposible

Cada palabra, cada gesto, cada movimiento. Todo lo que pasó ayer, lo tengo grabado. Y aquel beso... aquel beso cutre, mal dado y que no llegó a durar un segundo, no consigo quitármelo de la cabeza. Sentí sólo la mitad de los labios, como la primera vez, y el borde de sus dientes. Sólo un segundo, lo suficiente para darme cuenta de que aquel no era el mejor momento, que cualquiera podía pillarnos, y "separarme" de él. Pongo las comillas porque en realidad no podía, y menos quería. Estaba junto a él, sintiéndole, y no quería que aquello terminara, pero tenía que irme. Ya. Rápido. Tenía que terminar con todo lo que había montado. Sin poder pensarlo un instante más, me giré con la tristeza en el cuerpo y me fui.
Y, así, a las tres menos cuarto pasadas, terminó uno de los días más amargo y feliz de mi vida.

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