Al final, dos heridos graves


Se refugiaron de la lluvia bajo el toldo del hotel. Y allí se besaron. El mejor beso que tuvieron nunca. Le quería. Le quería como a nadie en toda su vida, en ese momento lo supo, él era el amor de su vida, la persona con la que tenía que pasar el resto de su triste vida, el chico que haría de cada día un día perfecto, el chico que haría que todo su mundo se tranquilizase cuando lo necesitara, y alterara cuando lo creyera oportuno. Él siempre sería el único, el primero y el último, no sería capaz de amar a nadie más que a él.

En ese momento no supo que aquél sería, aparte del mejor, su último beso.

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