Señorita Diassss

Una vez tuve un profesor. Era profesor de francés, el mejor que he tenido nunca, tanto en su materia como en general.
Cuando estábamos en 1º de E.S.O. entró él, y al final de curso nos dio un discurso. Aún recuerdo cómo se me aceleraba el corazón cuando dijo que quería tenernos durante toda nuestra trayectoria a lo largo del instituto y bachillerato, y cuando entráramos en la universidad, él se jubilaría (nunca he sabido su verdadera edad, pero gira en torno a los cincuenta y tantos).
Aquella idea hizo que me cambiara la forma de ver el instituto, no sólo era un sitio al que tenías que ir por obligación, quizás también pudieras pasártelo bien allí después de todo, y él era mi ídolo, le admiraba, tanto por su ímpetu como por la forma de dar clase. Ponía la vida en ello, quería que aprendiéramos más que nada en el mundo, aunque hubiera ciertos individuos que se lo ponían muy difícil.
En 2º también nos cogió, pero la sobrecogedora idea de que lo más probable fuera que al año siguiente no nos tuviera nos pilló a todos desprevenidos. Era el año del viaje a Francia, y ya no estarían ni Juan Carlos, ni Fernando, ni ninguno de esos árboles de Navidad que lo único que hacían era estorbar. Aquel verano le mandé una parrafada pidiéndole por favor que intentara cogernos, pero sólo conseguí un "muchas gracias" como respuesta. No tenía sentido... ¿qué problema tenía con darnos clase?
Nunca lo supe, sin embargo en 3º nos cogió una francesa putona con una ropa de lo más extravagante y muy mala leche.

Iba a ser un viaje a Francia divertidísimo...

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